
Todo
existe por alguna razón porque, sino, no existiría. Y la música tiene como
función hacernos sentir algo. No sirve de nada tocar perfectamente la canción
más bonita del mundo, o la más triste, si no hacemos sentir algo a quien nos
escucha.
¿Conocéis
4’33”? Es una obra de un compositor estadounidense llamado John Cage que puede
ser interpretada por cualquier instrumento porque solo consiste en salir al
escenario, fingir que vas a empezar a tocar y estar cuatro minutos y treinta y
tres segundos quieto en el escenario en silencio. Puede
ser la pieza menos musical del mundo, pero al menos provoca reacciones en el
público: sorpresa, confusión, enfado…
Con
esto quiero llegar a haceros ver que la música tiene como función hacernos
sentir algo, y no importa lo buena o mala que sea, si nos hace sentir algo ya
merece nuestro respeto.
Quizás
no toda la música sirva para todos. Tan solo tenemos que encontrar la que nos
haga sentir algo a nosotros y si nos provoca alguna reacción ya es la mejor de
todas. Da igual que sea Beethoven, Melendi, Imagine Dragons, AC/DC o la tía
Paca. No hay que despreciar ningún tipo de música ni a ningún artista. Quizás a
ti no te haga sentir nada, pero a otros los hace sentir todo y eso es lo que
importa, que haga a alguien feliz.
El viernes estuve en el concierto que dio Melendi en Toledo y juro que sentí todo
en la pista escuchándole, viéndole sonreír y disfrutando con sus canciones. Eso
es música.
No
paraba de llover y temíamos que se suspendiera el concierto, pero ahí salió él
con su sonrisa y dijo “La lluvia no importa, estaré aquí hasta que se caiga el
escenario”.
He
crecido con sus canciones desde pequeña. Con ese “Caminando por la vida” y su
marcha, canción que me aprendí entera y no paraba de cantar día tras día. No
podía faltar a su concierto, necesitaba recordar viejos tiempos y volver a
sentirlo todo otra vez.
Cada
canción era especial y no cambiaría las dos horas y media que duró el concierto,
ni tampoco las otras seis que estuvimos esperando en la cola para coger el buen sitio en el que estuvimos todo el concierto, por nada del mundo. Fueron
todo risas y momentos que recordar.
La
compañía también influyó, y es que ir con mis chicas y tanta gente genial más
ayudó a que la noche fuera más que perfecta. Todas amábamos a Melendi, pero
después del concierto salimos más enamoradas aún y con la promesa de que
volveríamos a otro concierto suyo fuera como fuese.
Cuando
salió al escenario Toledo se volvió loco y tan solo vitoreaba su nombre. Con
ese “Tú de Elvis y yo de Marilyn” abrió ese concierto tan espectacular y todos
empezamos a gritar la letra de la canción.
Todos
en la plaza de toros cantábamos a coro con él todas y cada una de las
canciones. Reímos, saltamos, nos dejamos la voz en la pista y algunos incluso
hasta lloraron. Si os soy sincera yo había ratos en los que también quería
llorar, pero me contuve.
Es mágico cuando todos nos unimos por una sola causa, cómo todo el mundo se unía para vitorear "Melendi, Melendi" y cómo todos cantábamos a la vez sus canciones. Me recordó (aunque quede aquí extraño) a un partido de fútbol en el que todos animamos como si fuéramos uno a nuestro equipo.
Es mágico cuando todos nos unimos por una sola causa, cómo todo el mundo se unía para vitorear "Melendi, Melendi" y cómo todos cantábamos a la vez sus canciones. Me recordó (aunque quede aquí extraño) a un partido de fútbol en el que todos animamos como si fuéramos uno a nuestro equipo.

Y nosotras tampoco.
Recordamos
viejos tiempos con “Un violinista en tu tejado” o “Calle la Pantomima”, lo
dimos todo en “Lágrimas Desordenadas”, “Tocado y hundido”, “Cheque al portamor”
y “Barbie de extrarradio”, lloramos con “SaraLuna” y nos enamoramos con “La
promesa”. Fue genial cantar “Llueve” bajo la lluvia y todos a una te
acompañamos en “Cenizas de la eternidad”, mi favorita. Y estas son solo algunas
de las muchas canciones que interpretó. Cada una de las canciones fue perfecta
a su manera y nada nos paró para seguir cantando y saltando.
Vimos
como tocabas el piano y nos enamoramos de ti por completo y, también, lo malo
que eres jugando al baloncesto y como todo tu equipo te ganaba, pero, como
siempre, nos hiciste reír de una forma impensable.
Acompañaste todo con anécdotas increíbles y cada palabra que decías era más y más especial para nosotros. Y las recordaremos siempre.
Acompañaste todo con anécdotas increíbles y cada palabra que decías era más y más especial para nosotros. Y las recordaremos siempre.

Desde
aquí quiero darte unas enormes gracias por hacernos sentir tanto y por seguir
ahí a pesar de la lluvia. Todos nos protegíamos bajo impermeables y ahí estabas
tú sin nada por nosotros. Gracias.
No
entiendo por qué cuando he buscado vídeos y fotos del concierto en twitter hay
gente que te critica. Dicen que tu música es mala. Como he dicho antes, no hay
música mala, sino música que no te hace sentir, y créeme que este no es el
caso. Quizás deberían sentarse a escuchar tus canciones más tranquilamente.
No
importa lo que pase y, aunque no sea muy eufórica con el tema, yo siempre
estaré aquí apoyándote. Has cambiado un montón desde ese “Caminando por la vida”
que me enamoró desde un primer momento, pero me da igual.
Los
que dicen que ahora ya no eres tú mienten. Nadie te ha cambiado, has cambiado
tú solo y eso es digno de admirar. Alguien que cambia en contra de su voluntad
y escribe canciones “que no le salen del corazón, sino que solo lo hace porque
triunfan” no sale con tanta pasión y gusto al escenario. Se nota que eres tú al
100% y que te importamos.
Da
igual que te cambies mil veces de peinado, que abandones tu forma de ser de
antes o que ahora escribas canciones más pastelosas. Te seguiré queriendo como
al principio.
Y encima español, que luego decimos que no hay nada bueno en nuestro país... ¡Tomad nota!
Y encima español, que luego decimos que no hay nada bueno en nuestro país... ¡Tomad nota!
Gracias
por ser como eres y… YO QUIERO SER GUERRERO.
“Levantemos los mecheros celebrando
lo vivido y cojamos nuestras manos recordando a los caídos. Da igual el tiempo,
no es real, lo que un día fuimos quedará grabado en las cenizas de la eternidad”.
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