domingo, 31 de mayo de 2015

Reseña "La música del silencio", de Patrick Rothfuss

Título español: La música del silencio.
Título original: The Slow Regard of Silent Things.
Autor: Patrick Rothfuss.
Editorial: Plaza Janés.
Número de páginas: 147.
ISBN: 9788401343575

Sinopsis: La Universidad, el bastión del conocimiento, atrae a las mentes más brillantes, que acuden para aprender los misterios de ciencias como la artificería y la alquimia. Sin embargo, bajo esos edificios y sus concurridas aulas existe un mundo en penumbra, cuya existencia sólo unos pocos conocen. En ese laberinto de túneles antiguos, de salas y habitaciones abandonadas, de escaleras serpenteantes y pasillos semiderruidos vive Auri. Tiempo atrás fue alumna de la Universidad. Ahora cuida de la Subrealidad, para ella un lugar acogedor, maravilloso, en el que podría pasarse la eternidad mirando. Ha aprendido que hay otros misterios que no conviene remover; es mejor dejarlos en paz y a salvo. Ya no se deja engañar por la lógica en la que tanto confían en lo alto: ella sabe reconocer los sutiles peligros y los nombres olvidados que se ocultan bajo la superficie de las cosas. La música del silencio es una historia lírica y evocadora que ofrece a los lectores de El nombre del viento y El temor de un hombre sabio la oportunidad de ver ese mundo a través de los ojos de Auri, uno de sus personajes favoritos, y de descubrir cosas que hasta ahora solo ella sabía.

Mi opinión (sin spoilers)
Por si no lo sabíais "La música del silencio" es una novela basada en un personaje de la trilogía "Crónica del asesino de reyes" que comienza con "El nombre del viento" y sigue con "El temor de un hombre sabio". Ahora, si no los habéis leído os recomiendo que lo hagáis ya porque merecen muchísimo la pena y son los mejores libros del mundo.

Si habéis leído estos libros y estáis buscando una continuación sobre de "El temor de un hombre sabio", información extra sobre los Chandrian, sobre Kvothe y otros personajes no lo leáis. Este libro trata sobre Auri, uno de los personajes más misteriosos de la trilogía y también de los que más me gustan, pero solo sobre Auri.

Al principio del libro Patrick hace una pequeña nota de autor que (aunque él piense que no) hace que tengas más y más ganas de leer este libro y es que, a pesar de ser el libro más raro que he leído nunca, me ha encantado y sí, Patrick, soy una de esas personas para las que está hecha "La música del silencio". Os dejo por aquí la nota de autor por si la queréis echar un vistazo:

"Quizá no quieras comprar este libro.

Lo sé, se supone que un autor no debe decir estas cosas. A la gente de marketing no le va a gustar nada. A mi editora le va a dar un ataque. Pero prefiero ser sincero contigo desde el principio.

En primer lugar, si no has leído mis otros libros, es preferible que no empieces por este.

Mis dos primeros libros se titulan El nombre del viento y El temor de un hombre sabio. Si sientes curiosidad por mi obra, empieza por ahí. Son la mejor introducción a mi mundo. Este libro trata sobre Auri, uno de los personajes de esa serie. Sin el contexto de los otros libros, seguramente no entenderías nada.

Y segundo: aunque hayas leído mis otros libros, creo que es justo que te advierta que esta es una historia un poco rara. No me gustan los spoilers, pero me limitaré a decir que es... diferente. No hace muchas de las cosas que tiene que hacer una historia a la manera clásica. Y si lo que buscas es una continuación de la historia de Kvothe, aquí no vas a encontrarla.

Por otra parte, si te gustaría saber algo más sobre Auri, esta novela tiene mucho que ofrecerte. Si amas las palabras, los misterios y los secretos. Si sientes curiosidad por la Subrealidad y la alquimia. Si quieres saber más sobre los giros ocultos de mi mundo...

Pues bien, entonces este libro quizá sea para ti."


Auri lleva una vida de los más peculiar y al principio parece lo más descabellado y raro que ha existido nunca, pero poco a poco vas empatizando con ella hasta que, al acabar el libro, sientes como si el autor se haya metido en tu mente y haya descrito, con pequeñas metáforas y exageraciones, todo lo que sientes.

Es un libro de leer entre líneas, no uno de esos en los que lees rápido su contenido, te cuenta una buena historia y enseguida lo olvidas. No. Es un libro de leer una página, un párrafo e incluso una sola frase y ponerte a reflexionar. Si estáis buscando una historia tampoco lo leáis, aquí no la vais a encontrar. No hay diálogos, tan solo un silencio en el que Auri interactúa con las cosas de su alrededor.

Nos enseña la importancia de valorar los pequeños detalles, las pequeñas cosas, y que hay que aprender a escuchar. Eso, al menos, es lo que he sacado yo leyendo entre líneas.  Un engranaje de latón lleno de respuestas y amor, habitaciones misteriosas que incluso tienen sentimientos... Cada uno de los objetos que se describen tienen personalidad propia y, como diría Auri, su propio alma.

Rothfuss describe perfectamente cada detalle de la vida de Auri y eso es lo que hace que este libro sea tan especial. Tanto que durante ocho páginas del libro se describe única y exclusivamente como nuestra protagonista fabrica jabón. Bueno, si se puede decir que lo escribió Rothfuss. Según vas leyendo y adentrándote en la historia te olvidas de que lo escribió él y llega un momento en el que sientes que el libro está escrito por la propia Auri. Es totalmente como sería ella, a su estilo.

"Es lo más parecido a leer poesía en prosa" dicen en goodreads. Y estoy totalmente de acuerdo. Además, tiene ilustraciones preciosas por las que ya vale la pena el libro.

Lo recomiendo muchísimo y, si no has leído "El nombre del viento" ni "El temor de un hombre sabio" te recomiendo aún más hacerlo y después seguir con este libro. De verdad, no os van a decepcionar. A mí me han encantado los tres y estoy esperando su continuación ansiosa.

"No podías nadar a contracorriente ni cambiar la dirección del viento. ¿Y si había tormenta? Pues tenías que atrancar las escotillas y achicas, y no soltar las jarcias".

Puntuación:


Y vosotros, ¿habéis leído alguno de estos libros?

Podéis dejármelo en los comentarios o en mi twitter: @MegaraTersen y si tenéis alguna idea o queréis contactar conmigo de forma más privada podéis hacerlo a través de mi correo electrónico: dondemellevelaaccion@gmail.com ¡Decidme qué queréis que haga en próximas entradas! (tags que me propongáis, cosas que pueda hacer con vosotros, libros que queráis que reseñe, cosas sobre las que queráis que os hable...).

Gracias por leerme y... ¡un abrazo calentito!

Concierto gira "Un alumno más" de Melendi en Toledo (29/05/15)

¿Para qué existe la música? Para divertirnos, para evadirnos de los problemas, para soñar con las letras de las canciones, para bailar, para expresar lo que no podemos decir con simples palabras, para enamorarnos, PARA HACERNOS SENTIR ALGO.

Todo existe por alguna razón porque, sino, no existiría. Y la música tiene como función hacernos sentir algo. No sirve de nada tocar perfectamente la canción más bonita del mundo, o la más triste, si no hacemos sentir algo a quien nos escucha.

¿Conocéis 4’33”? Es una obra de un compositor estadounidense llamado John Cage que puede ser interpretada por cualquier instrumento porque solo consiste en salir al escenario, fingir que vas a empezar a tocar y estar cuatro minutos y treinta y tres segundos quieto en el escenario en silencio. Puede ser la pieza menos musical del mundo, pero al menos provoca reacciones en el público: sorpresa, confusión, enfado…

Con esto quiero llegar a haceros ver que la música tiene como función hacernos sentir algo, y no importa lo buena o mala que sea, si nos hace sentir algo ya merece nuestro respeto.

Quizás no toda la música sirva para todos. Tan solo tenemos que encontrar la que nos haga sentir algo a nosotros y si nos provoca alguna reacción ya es la mejor de todas. Da igual que sea Beethoven, Melendi, Imagine Dragons, AC/DC o la tía Paca. No hay que despreciar ningún tipo de música ni a ningún artista. Quizás a ti no te haga sentir nada, pero a otros los hace sentir todo y eso es lo que importa, que haga a alguien feliz.


El viernes estuve en el concierto que dio Melendi en Toledo y juro que sentí todo en la pista escuchándole, viéndole sonreír y disfrutando con sus canciones. Eso es música.

No paraba de llover y temíamos que se suspendiera el concierto, pero ahí salió él con su sonrisa y dijo “La lluvia no importa, estaré aquí hasta que se caiga el escenario”.


He crecido con sus canciones desde pequeña. Con ese “Caminando por la vida” y su marcha, canción que me aprendí entera y no paraba de cantar día tras día. No podía faltar a su concierto, necesitaba recordar viejos tiempos y volver a sentirlo todo otra vez.

Cada canción era especial y no cambiaría las dos horas y media que duró el concierto, ni tampoco las otras seis que estuvimos esperando en la cola para coger el buen sitio en el que estuvimos todo el concierto, por nada del mundo. Fueron todo risas y momentos que recordar.

La compañía también influyó, y es que ir con mis chicas y tanta gente genial más ayudó a que la noche fuera más que perfecta. Todas amábamos a Melendi, pero después del concierto salimos más enamoradas aún y con la promesa de que volveríamos a otro concierto suyo fuera como fuese.

Cuando salió al escenario Toledo se volvió loco y tan solo vitoreaba su nombre. Con ese “Tú de Elvis y yo de Marilyn” abrió ese concierto tan espectacular y todos empezamos a gritar la letra de la canción.

Todos en la plaza de toros cantábamos a coro con él todas y cada una de las canciones. Reímos, saltamos, nos dejamos la voz en la pista y algunos incluso hasta lloraron. Si os soy sincera yo había ratos en los que también quería llorar, pero me contuve.

Es mágico cuando todos nos unimos por una sola causa, cómo todo el mundo se unía para vitorear "Melendi, Melendi" y cómo todos cantábamos a la vez sus canciones. Me recordó (aunque quede aquí extraño) a un partido de fútbol en el que todos animamos como si fuéramos uno a nuestro equipo.

Daba igual si Melendi sabía que estábamos allí, si me miraba a mí o no, pero cada vez que sonreía hacia donde estábamos nosotras pensábamos que nos sonreía exclusivamente a cada una de nosotras y moríamos de amor y le devolvíamos la sonrisa lo mejor que podíamos. Y es que en todo el concierto él no paró de sonreír. 

Y nosotras tampoco.

Recordamos viejos tiempos con “Un violinista en tu tejado” o “Calle la Pantomima”, lo dimos todo en “Lágrimas Desordenadas”, “Tocado y hundido”, “Cheque al portamor” y “Barbie de extrarradio”, lloramos con “SaraLuna” y nos enamoramos con “La promesa”. Fue genial cantar “Llueve” bajo la lluvia y todos a una te acompañamos en “Cenizas de la eternidad”, mi favorita. Y estas son solo algunas de las muchas canciones que interpretó. Cada una de las canciones fue perfecta a su manera y nada nos paró para seguir cantando y saltando.

Vimos como tocabas el piano y nos enamoramos de ti por completo y, también, lo malo que eres jugando al baloncesto y como todo tu equipo te ganaba, pero, como siempre, nos hiciste reír de una forma impensable.

Acompañaste todo con anécdotas increíbles y cada palabra que decías era más y más especial para nosotros. Y las recordaremos siempre.

Cuando empezó a sonar “De repente desperté” sabíamos que llegaba el final y nadie quería que terminara, pero te acompañamos igualmente con la letra hasta el final y después nos despedimos de ti hasta otra vez.

Desde aquí quiero darte unas enormes gracias por hacernos sentir tanto y por seguir ahí a pesar de la lluvia. Todos nos protegíamos bajo impermeables y ahí estabas tú sin nada por nosotros. Gracias.

No entiendo por qué cuando he buscado vídeos y fotos del concierto en twitter hay gente que te critica. Dicen que tu música es mala. Como he dicho antes, no hay música mala, sino música que no te hace sentir, y créeme que este no es el caso. Quizás deberían sentarse a escuchar tus canciones más tranquilamente.

No importa lo que pase y, aunque no sea muy eufórica con el tema, yo siempre estaré aquí apoyándote. Has cambiado un montón desde ese “Caminando por la vida” que me enamoró desde un primer momento, pero me da igual.

Los que dicen que ahora ya no eres tú mienten. Nadie te ha cambiado, has cambiado tú solo y eso es digno de admirar. Alguien que cambia en contra de su voluntad y escribe canciones “que no le salen del corazón, sino que solo lo hace porque triunfan” no sale con tanta pasión y gusto al escenario. Se nota que eres tú al 100% y que te importamos.

Da igual que te cambies mil veces de peinado, que abandones tu forma de ser de antes o que ahora escribas canciones más pastelosas. Te seguiré queriendo como al principio.

Y encima español, que luego decimos que no hay nada bueno en nuestro país... ¡Tomad nota!

Gracias por ser como eres y… YO QUIERO SER GUERRERO.



“Levantemos los mecheros celebrando lo vivido y cojamos nuestras manos recordando a los caídos. Da igual el tiempo, no es real, lo que un día fuimos quedará grabado en las cenizas de la eternidad”.